jueves, 7 de abril de 2011

Estoy harto de todo
de esta urbe pesarosa
de este bello país de pordioseros y ladrones

jueves, 17 de marzo de 2011

El lugar que querías está muerto para ti. No
hay lugar. Extranjero como un jeroglífico
en un muro de mil años, egipcio. La gesta
está cerrada, Mío Cid salió de la ciudad. Por
el tiempo el poema avanza como un pájaro:
siglo XVI, San Juan. La frase aún fresca
en el aire, el aire de la noche oscura en la cara,
el escarabajo sobre la piedra pulida, tiempo atrás
y en vaivén. Más despacio. Abril abrió con
ventarrón, los tejados gotean, el pájaro solitario
se queja. Dos de sus virtudes: que pone el pico al aire;
que no tiene determinado color. La historia se reitera
en cualquier lugar, como un brillo de luciérnagas
en un campo nocturno. La historia ínfima, la de la fe. Y
acecha y escucha y el búho dichoso dice "búho,
búho". No hay tiempo: hay heridas, un tajo
bajo el sol, al ritmo del trote del tejón. 
Poca cosa en el mundo con utilidad
todavía: la luna, María. Una
sobre otra con su luz vacía, el cuarto
menguante cada vez con menos cosas, los
muslos menguantes cada vez con menos manos, el
óvalo del rostro que rueda por la sombra. "Espérame
un año y verás: será distinto por la estrella el
destino". Luna de estío, estilo de brillar barroco, el
hueco de la noche se hace día, dices. Pero lo que no
dices y tal vez deberías es que no hay talismán que
frene el maleficio de no estar contigo, aquí
en la maleza de sonidos voló el ave que consuela.
No te fíes de los infieles
filos de la realidad, reata
para un pura sangre que no existe: álzate
azabache, que te corta el hacha del sentido.
Cómetelos,
cómetelos. La identidad
está en los dientes, en estos
dientes, en estos días enteros de poesía
sin clientes. La casada está sola, abandonada
con su abanico. Y el abanico solo con su aire
rodeado de picos, que es por donde sale el canto
sin idea. Canto porque sí, porque es de día.
Sabías que era así, siempre con árboles. Tanto
era así que una vez había una voz que decía:
"cómetelos, cómetelos. La identidad está en los
dientes". Días raros de poesía sin clientes.

martes, 8 de febrero de 2011

estamos cansados del silencio
de la repetición,
del miedo a la muerte.
habría que desenraizar la mirada,
sacarla de la tierra
y del tiempo

viernes, 21 de enero de 2011

Eliminados los lácteos, azúcares, carne roja, y

la gallina que puede

volver a su estúpida

condición apenas

volátil: nada de

bebidas espirituosas,

refrescos nunca, café

sólo de mañana en

taza tamaño medio:

pez una vez por semana,

legumbres todos los días,

ensalada verde tres veces

cada diez días, ya es

acopio: medio turrón a

compartir con Guadalupe

una vez al mes. Afeitarme

y ducharme un día sí y

otro no, limpiarme los

fondillos con agua de la

pila tras la defecación

(mejor para el culo y

para el bolsillo). No

volver, en años, a

comprar ropa. Reducir

al mínimo la ingestión

de vitaminas (una múltiple

y una C, ésta por si me

hago marino para combatir

el escorbuto). Pelarme al

rape cada mes y medio,

nada de champú ni de

suavizante, no usar

desodorante, y en vez

del costoso Listerine

para el lavado bucal, agua

oxigenada. Retrasar los

pagos en todo lo posible.

Y no hacer nada que no

deje un rédito por pequeño

que sea.

 

Un envilecimiento generalizado las grasas.

 

Identificar todas las supersticiones modernas que le

abren un hueco al presupuesto,

eliminarlas (tajante) tomar por

ejemplo manzanilla a diario

en vez de los antiácidos que

cuestan un ojo de la cara más

un riñón, y destrozan el sistema

urinario y digestivo: fuck Merck.

 

Sentado en cama comiendo unos puñados de maní

que he ido descascarando

a mano, combato el poder

armamentista, la industria

del enlatado: las pequeñas

acciones, cual un germen

invisible, una espora asesina,

acabarán por minar al sistema 2

jueves, 20 de enero de 2011

y entonces la desolada tristeza necrofilica ya no sera otra vez un extravio amenazante de morbosos resentimientos. descenderemos ávidos de utópicos enraizamientos buscaremos finalmente la sedutora oscurida tanatizante. surgiran eridas incurables en el tiempo y todos los caminos conduciran al alado suicidio ¿otra vez? pero para que violar los cuestionamientos si con el temor a lo inorado se nos va tambien lo sublime. abramos los diques a lo imposible digamos que el amor es simplemente una fugaz eyaculación sin sentido. para mí y lo digo con una náusea irreprimible los que punan por la cerduna paz de los sentidos son unos maricones incorregibles y la paloma un estúpido animal afeminado cuyo fin es sublimarse en un asado. entendámonos -todo es válido siempre y cuando sea satisfatorio- ¿quién carajos dijo esto? y siendo la mediocridá el doma de las sociedades de nuestro tiempo cómo no gritarrrrrrrrrrrr que no queremos tal vida y que es un derecho inviolable elegir la forma en que hemos de alcanzar la muerte. 1

miércoles, 19 de enero de 2011

cuida el agua o te va a cargar la chingada

martes, 18 de enero de 2011


hay una necesidad de desplazamiento. entonces, en el silencio de la noche, sólo escucho el pasar de las flechas. yo me muevo en otro tiempo.

lunes, 17 de enero de 2011

y caminaron toda la noche.

domingo, 16 de enero de 2011

La importancia del desplazarse tramos muy cortos.

sábado, 15 de enero de 2011

PERSISTENCIA

viernes, 14 de enero de 2011


Arco es tensión: el principio de la música, lo sabemos. De ahí, desplazamientos. Mis manos que se pierden durante el día y regresan en la noche: flechas dirigidas al cielo.

jueves, 13 de enero de 2011


Esta sensación de devastación sobre mis hombros no descansa. No duerme. Se pasea silenciosa por la ciudad. En algunas bancas busco sentarla; que mire cómo se tensan los arcos.

miércoles, 12 de enero de 2011

¿Cómo conducir la tensión acumulada? sino con mis manos que construyen.

martes, 11 de enero de 2011

¿Cual es la fuerza precisa que ha de llevar esta flecha?

lunes, 10 de enero de 2011


¿A donde es que estoy llevando mi mirada y mi decir?

domingo, 9 de enero de 2011

Cae la ciudad desde lo alto. Se dibuja en la mirada una silueta familiar, nítida (casi piel para tocarla). Ensoñación: el parque. Y luego, esta caminata ríspida.

sábado, 8 de enero de 2011


Y la ciudad poco a poco vuelve a los grises que acostumbra. Un poco de sombra, un poco de cielos nublados. Algunas aves vuelan. Anuncian a la urbe que desconocen su destino.

viernes, 7 de enero de 2011


Y voy olvidando las calles y las avenidas, el trazo de esta ciudad que no conduce a ninguna parte. Y en el cielo las nubes la conforman, dibujando cada esquina, cada vacío.

jueves, 6 de enero de 2011

Hay una esencia  mutable en las calles. Más allá del pavimento, incluso del clima, que no depende del sol ni de la lluvia. Que es y no un reflejo del cielo. 

miércoles, 5 de enero de 2011

Pasan los autos y las personas. El rumor es imperioso.
Se percibe la naturaleza del artificio: hay una sensación de marea, sabe a sal el pensamiento.

martes, 4 de enero de 2011

Recorro estas calles como en medio de un encanto, desencantado. Abriéndome paso entre signos y símbolos que cada vez reconozco menos.

lunes, 3 de enero de 2011

Hace tres días  —en una suerte de eco de la ciudad— más de mil pájaros cayeron en las calles. Metáfora de la marea, de las olas humeantes que soñamos todos los días.

domingo, 2 de enero de 2011

Se abre la ciudad como el cielo. Vida nueva se proclama desde algunas esquinas. Aire de fronda.

sábado, 1 de enero de 2011

A medio camino de nuestra vida, me vi perdido en una selva oscura. (Hacerlo todo. Olvidarlo todo)